Un asiento con historia
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- 28 abr 2016
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El banco escolar desempeñó un papel fundamental en el ordenamiento de los niños, en su definición como alumnos y alumnas, y en la relación que se promovió entre ellos, con respecto al docente y al conocimiento.
A no cambiarse de banco
"Habrá en todas las clases lugares asignados para todos los escolares de todas las lecciones, de suerte que todos los de la misma lección estén colocados en un mismo lugar y siempre fijo. Los escolares de las lecciones más adelantadas estarán sentados en los bancos más cercanos al muro, y los otros a continuación, según el orden de las lecciones, avanzando hacia el centro de la clase [...]. Cada uno de los alumnos tendrá su lugar determinado y ninguno abandonará ni cambiará el suyo sino por orden y con el consentimiento del inspector de las escuelas. Habrá de hacer de modo que aquellos cuyos padres son descuidados y tienen parásitos estén separados de los que van limpios y no los tienen; que un escolar frívolo y disipado esté entre dos sensatos y sosegados; un libertino, o bien solo o entre dos piadosos."
La Salle, Conducta de las escuelas cristianas, Francia, 1711.
Según catálogo
Así como las autoridades, municipios y pedagogos se esfuerzan en proveer a las escuelas de bancos adecuados, del mismo modo deberían también los padres preocuparse en proporcionar al niño un pupitre en su domicilio, que reuniese condiciones higiénicas y de comodidad.
Un pupitre acostumbra al niño a la idea del orden, y le obliga a mantener una posición recta. Los pupitres indicados a continuación son elegantes, sólidos, pueden regularse y son adecuados para todas las edades del niño y del adulto.
Pupitre Albis para alumnos: el alumno de 6 a 18 años conserva en él una posición higiénica. El asiento, el respaldo doble y la tabla para los pies pueden regularse con facilidad. El cajón del pupitre está construido a propósito para guardar libros. La parte inclinada del pupitre puede levantarse. Con disposición Albis para el tintero y pupitre para leer.
Asiento universal y pupitre derecho para niños y adultos: con depósito práctico para las plumas, gran cajón para libros, tintero cerrado y pupitre regulable para leer. La tabla del pupitre está provista de una prolongación hacia la derecha, que permite apoyar el brazo hasta el codo al escribir.
Catálogo ilustrado de material de enseñanza, publicado en español, ca. 1910.
Objeto de higienistas
"Muchos son los detalles de una escuela, que reclaman la enérgica acción del higienista de nuestra tierra, pero ninguno más importante que el pupitre por lo que directamente interesa al niño. El pupitre es precisamente uno de los factores principales de las varias afecciones que contrae el niño en la escuela [...]. Estando el niño con el cuerpo inclinado hacia adelante, tiene la cabeza y los ojos junto al libro, posición que congestiona el cerebro y contribuye a determinar la miopía. Además un hombro levantado constantemente por el defecto de la mesa, se hace y permanece más alto que el otro, el pecho se hunde y las funciones de la respiración y de la circulación sufren por la posición viciosa y prolongada."
Lescano, M., "Material escolar: el pupitre", en El Monitor de la Educación Común, Buenos Aires, enero 1896.
Bien estudiado
"Las tablas superiores de los pupitres tendrán una pequeña inclinación hacia el alumno, salvo la quinta parte superior que se dejará horizontal para mejor acomodo de tinteros y plumas. En el borde inferior de la tapa no se admitirá varilla alguna saliente. Debajo de la tabla, movible o fija, deberá haber una simple tablilla de suficiente ancho para libros. [...] Entre las filas de bancos queda un pasadizo de 50 cm, al que sale el alumno al levantarse. Cada alumno puede llegar cómodamente a su asiento y el maestro alcanzarlo."
Nardrel, Jr. "Las condiciones de pupitres y bancos", El Monitor de la Educación Común, Buenos Aires, octubre 1903.
Nueva escuela, nuevas mesas
Se dice que un fabricante de muebles, en una ocasión en que John Dewey intentaba encargarle unos bancos para su escuela, le respondió: "Usted desea muebles para que los niños trabajen y yo los tengo solo para que escuchen".
Alrededor de 1920, las propuestas enmarcadas bajo el rótulo de escuela nueva promovieron la creación de la mesa de tablero horizontal, en versiones cuadradas, rectangulares, redondas u ovaladas, para cuatro, seis u ocho plazas, que se acompañó de sillas corrientes, todo adaptado a la talla de los niños. Se trata de muebles con mayores posibilidades de articulación y desplazamiento, más acordes con las actividades propias de la nueva educación, centradas en el trabajo personal del alumno, el trabajo en grupos, una mayor libertad de movimientos, la manipulación directa de objetos y materiales, el traslado al aire libre, etcétera.
Esos cambios en la mirada sobre el mobiliario llegaron de la mano de nuevas ideas acerca de los alumnos, el rol del docente, los tipos de comportamientos deseables y los procesos de enseñanza y aprendizaje.*
*Selección y redacción de textos: Gabriela Trentin (licenciada en Ciencias de la Educación, docente e investigadora, realiza su tesis de maestría "Historia del pupitre en Buenos Aires en el cambio del siglo XIX al XX").
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